Pastor Murillo

Miembro y Relator del Foro Permanente sobre los Afrodescendientes de las Naciones Unidas.

     Mediante la Resolución A/RES/79/193 de 2024, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el Segundo Decenio Internacional de los Afrodescendientes (2025 – 2034), bajo los mismos temas que el primer decenio: el reconocimiento, la justicia y el desarrollo de los afrodescendientes y el mismo programa de actividades, sujeto a actualización, previa consulta con todas las partes interesadas. El consenso se logró luego de que varios países postergarán su aspiración de situar la cuestión de las reparaciones como eje central del Decenio y acogieran el Programa del primer decenio, sujeto a actualización.

     Las deliberaciones en torno al Segundo Decenio pusieron de presente la importancia crítica de la cuestión de los afrodescendientes en un contexto de crisis global y sus grandes retos, incluidos la migración a gran escala; la crisis climática; la instrumentalización política del racismo, que incluye la teoría de la reconversión demográfica o recambio; la pérdida de la confianza en la democracia y en las instituciones; las tensiones en torno a las identidades de género y étnicas; el envejecimiento de la población en algunas regiones del mundo; y los impactos disruptivos de la inteligencia artificial, en particular, la profundización de la desigualdad y el sesgo algorítmico, que deriva en formas contemporáneas de discriminación.

     Breve Balance del Primer Decenio 2015-2024. Se constata que el primer Decenio contribuyó de manera significativa a la sensibilización en torno a los desafíos históricos y contemporáneos a los que se enfrentan las personas y los pueblos afrodescendientes, así mismo, sirvió de plataforma para el reconocimiento de las injusticias y los legados históricos de la trata, la esclavización y la prolongación de sus consecuencias, en particular, tras los impactos desproporcionados de la pandemia del Covid-19 y el asesinato de George Floyd en los Estados Unidos como se evidenció en las movilización global y multiétnica, derivadas de tales hechos.

     En el Decenio se adoptaron o se profundizaron nuevos marcos jurídicos, institucionales e instrumentales en los planos nacionales, regionales e internacionales que hoy configuran el corpus de la cuestión de los afrodescendientes, incluidas medidas de acción afirmativas en modalidad de cuotas para el acceso a la educación superior, el empleo público y la representación política, la titulación de tierras ancestrales y el reconocimiento de su importancia para la sostenibilidad del planeta; el reconocimiento constitucional del estatus de Pueblo Afrodescendiente en varios países y la visibilidad estadística, entre otros.

     El establecimiento del Foro Permanente sobre los Afrodescendientes, así como los progresos con miras a una Declaración Internacional sobre la Promoción, la Protección y el Pleno Respeto de los Derechos Humanos de los Afrodescendientes, de las Naciones Unidas- que aún dista mucho de las metas aspiracionales de los afrodescendientes-, la cual se negocia a instancias del Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre la Aplicación Efectiva de la Declaración y el Programa de Acción de Durban, en Ginebra, son importantes logros del primer Decenio Internacional y a su vez constituyen un factor dinamizador y articulador de la agenda global de los afrodescendientes que se enuncia en torno a la Justicia Reparadora, la Justicia Climática y Ambiental y la Justicia Digital e Inteligencia Artificial, bajo un enfoque que trascienda su condición de víctima y sus vulnerabilidades y ponga de relieve sus activos y potencialidades. 

Estrategias para la acción efectiva en el segundo decenio. A instancias del Foro Permanente sobre los Afrodescendientes se han identificado un conjunto de estrategias y acciones que incluyan:

  • El establecimiento de una comisión de justicia reparadora en las Naciones Unidas u otra instancia relevante, en la perspectiva de la creación de un tribunal internacional especializado que se ocupe de las reparaciones por esclavitud, apartheid, genocidio y colonialismo; 
  • La solicitud de una opinión consultiva a la Corte Internacional de Justicia, que podría estar precedida de opiniones consultivas regionales, incluida la Corte IDH, sobre la cuestión jurídica de la justicia reparadora respecto de la historia y el legado del colonialismo, el apartheid, el genocidio y la esclavitud. 
  • La creación de un fondo para el desarrollo de los afrodescendientes con miras a contrarrestar las consecuencias duraderas de la esclavitud, el colonialismo, el apartheid y el genocidio;
  • La convocatoria de una cumbre mundial de las Naciones Unidas sobre justicia reparadora;
  • Mecanismos tendientes a garantizar que los afrodescendientes participen activamente en la adopción de decisiones en materia de gobernanza climática mundial y nacional, en especial por lo que respecta a las cuestiones de desarrollo social, económico y ambiental sostenible; la mitigación del cambio climático y la degradación del medio ambiente, incluso mediante un ODS 18 que promueve Brasil.
  • La dimensión afrodescendiente como eje central de los informes globales de los órganos, organizaciones y organismos especializados de las Naciones Unidas: desarrollo humano, migración, la mujer y la niña, educación, entre otros, como fue propuso por el CERD. A/67/18 de 2012.
  • Medidas tendientes a fomentar y facilitar el desarrollo de una tecnología responsable e inclusiva para hacer frente a los riesgos de la transformación digital y la inteligencia artificial, incluida la profundización de las desigualdades y el sesgo algorítmico. RG36 del CERD, 2020 y en ese sentido, garantías para su participación en el Marco para la Gobernanza Global de la Inteligencia Artificial, AI previsto en la Resolución A/79/325 de agosto de 2025 que crea el Panel Científico Internacional Independiente sobre Inteligencia Artificial y el Diálogo Mundial sobre Gobernanza de la Inteligencia Artificial (IA), entre otras.